Sin consenso en la ONU para condenar la represión en Siria


El Consejo de Seguridad no alcanzó un acuerdo para denunciar la sangrienta ofensiva del régimen de Bashar el Asad para aplastar las manifestaciones, que dejó al menos 450 muertos. Dimiten 230 miembros del gubernamental partido Baas para protestar contra la muerte de ciudadanos desarmados.


Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no llegaron a un acuerdo el miércoles por la noche para condenar, a través de una resolución, la sangrienta represión del régimen sirio contra las manifestaciones que se llevan a cabo en el país desde el 15 de marzo.

La iniciativa defendida por Francia, Alemania, Reino Unido y Portugal se encontró con la hostilidad de Rusia, China y Líbano, único país árabe presente en el Consejo.
El embajador ruso en la ONU, Alexander Pankin, sostuvo que la represión en Siria "no representa una amenaza contra la paz y la seguridad internacional". Indicó en cambio que "una verdadera amenaza a la seguridad regional podría provenir de la injerencia extranjera", aunque esta última hipótesis no era contemplada en el texto de los europeos.
Por su parte, la embajadora estadounidense en Naciones Unidas, Susan Rice, llamó al presidente de Siria a "cambiar de rumbo ahora" y poner fin a la represión contra los manifestantes. Estados Unidos, a diferencia del caso libio, no pide un cambio de régimen ni ha retirado a su embajador en Siria.
Entretanto, en el plano interno, más de 230 miembros del partido gubernamental Baas anunciaron su dimisión: 30 de ellos en la región de Banias (noroeste) y 203 en la zona de Huran (Deraa y sus alrededores), en el sur de Siria, donde murieron 30 personas entre el lunes y el martes pasado.
"Las prácticas de los servicios de seguridad contra ciudadanos desarmados en Banias y en las aldeas vecinas, especialmente en Baida, son contrarias a todos los valores humanos y a los eslóganes del partido", declararon los renunciantes en un comunicado.
En el texto, denuncian "registros de casas, disparos de balas reales indiscriminados contra la gente, las viviendas, las mezquitas y las iglesias".
Mientras tanto, Irán, que criticó con virulencia la reciente represión llevada a cabo contra la los movimientos populares en otros países árabes, mantiene ahora un silencio prudente.
“Son los asuntos internos de Siria. Siria es nuestra amiga (…) Estamos seguros de que el gobierno y el pueblo sirios resolverán sus problemas en armonía y en calma”, dijo el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad.

About this blog

Seguidores

Con la tecnología de Blogger.