El ‘paraguas de Sarkozy’, 12.000 euros y un mes de fabricación


Una empresa francesa ha inventado un escudo en forma de paraguas capaz de proteger a personalidades no solo de la lluvia sino también de ataques sorpresa con cuchillos, varas de acero y piedras. Los servicios de seguridad de la presidencia francesa ya pidieron una decena de unidades.

En una reciente demostración pública, periodistas comprobaron que ese paraguas resiste a violentos ataques con un taburete – que terminó partido en dos – y a los golpes con una botella de champaña vacía, que rebotó a varios metros.

En ambos casos, la tela no sufrió el más mínimo rasguño.

Ese sofisticado paraguas, denominado ParaPactum (prepara la paz), “hubiera protegido a Berlusconi de la agresión que sufrió en el rostro con una pequeña estatua” (a finales de 2009), dijo a RFI Jean-Pierre Yvon, gerente de Mapache, empresa familiar con sede en Cherbourg (noroeste) que concibió y desarrolló ese producto y también vende paraguas de lujo desde hace quince años bajo la marca “Le Véritable Cherbourg”

A él y a su hijo Charles (24 años), quien hizo estudios de física, les tomó un año desarrollar esa tecnología. Utilizaron materiales de uso corriente en la Fórmula 1 y contrataron a expertos del sector espacial y de defensa.

El paraguas, al mismo tiempo muy sólido y fácil de transportar, también protege de ataques con objetos como piedras, esferas y varas de acero, ácidos, cuchillos, punzones, etc.

También es muy eficaz para contrarrestar embestidas de personas, a la manera de un muro improvisado, como se observa en este video de Youtube: (http://www.youtube.com/watch?v=vMF2RAbXnRY).

Dado su tamaño, 1,30 metros al ser desdoblado, el ParaPactum puede proteger hasta tres personas. Tiene la apariencia normal de un paraguas, pesa 2,225 kilogramos (mientras que uno corriente no supera los 600 gramos) y está compuesto por 176 piezas y varillas ultra-resistentes.

La tela está hecha en kevlar, una especie de resina o fibra artificial que se utiliza, entre otros, en los chalecos antibalas, los cascos de embarcaciones y las carrocerías.

El paraguas no está sin embargo concebido para proteger de disparos con balas reales.

El palo central mide un metro y está hecho en carbono; la armadura es reforzada y tiene un puño con una argolla en plata.

El ParaPactum logró pasar varias pruebas, entre otras la del potente ventilador del Instituto de Aerotécnica de Saint-Cyr-L’Ecole, en las afueras de París, con vientos de hasta 168 km/h.

Los vientos que azotan Cherbourg explican que esa empresa, cuya sede está situada en esa ciudad costera de Normandia, se haya especializado en paraguas capaces de resistir fuertes ráfagas.

Además, el Grupo de Seguridad del Presidente de la República (GSPR) lo validó y adoptó como un “dispositivo desplegable de protección”. El GSPR encargó una decena de unidades en una veintena de colores.

“Supongo que el presidente Sarkozy va a utilizarlo porque fueron los servicios técnicos de la seguridad interior los que nos hicieron el pedido”, comentó Yvon.

El precio de esta innovación tecnológica está a la altura de los gastos en investigación y desarrollo que ha requerido: entre 7.000 y 12.000 euros, dependiendo de los materiales que se utilicen.

Hay que contar, además, con un lapso de fabricación de un mes y se requiere una autorización, ya que para adquirirlo habrá que presentar los documentos de identidad y someterse a “las verificaciones administrativas de rigor”, precisó Charles Yvon.

La empresa Mapache produce entre 10.000 y 15.000 paraguas por año a un precio que oscila entre 100 y 300 euros, y su volumen de ventas se eleva a 1 millón de euros.

La empresa francesa que desarrolló este invento espera contar entre sus futuros clientes a jefes de Estado y estrellas del espectáculo.

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