CIUDAD DEL VATICANO (Reuters) - Y se hizo la luz, que fue suministrada por el Sol. El Vaticano activó el miércoles un nuevo sistema de energía solar y anunció un ambicioso plan que un día podría convertirlo en exportador de energía alternativa.
El enorme techo de la Sala Nervi del Vaticano, donde los papas celebran audiencias generales y se realizan conciertos, ha sido cubierto con 2.400 paneles fotovoltaicos que aportarán energía para la iluminación, la calefacción y el aire acondicionado.
Después de semanas de pruebas, el sistema entró en funcionamiento horas antes de que el Papa Benedicto XVI celebrara lo que las autoridades calificaron de "la primera audiencia general ecológica del Vaticano".
El nuevo sistema sobre el techo de 5.000 metros cuadrados cumplirá durante todo el año con las necesidades energéticas de la sala de audiencias y varios edificios cercanos, produciendo 300 kilovatios-hora de energía limpia al año.
El sistema, que costó 1,2 millones de euros (1,6 millones de dólares) y fue ideado y donado por las compañías alemanas SolarWorld y SMA Solar Technology, permitirá a la ciudad-estado recortar sus emisiones de dióxido de carbono en unas 225 toneladas y ahorrar el equivalente a 80 toneladas de petróleo anuales.
"Es una iniciativa muy valiente", dijo Carlo Rubbia, un italiano que ganó el premio Nobel de Física en 1984 y que acudió a la ceremonia de presentación.
"El Sol tiene 100.000 veces la energía producida por las fuentes tradicionales de energía de la Tierra. Por eso necesitamos tanto la ciencia, la inversión en la investigación para el futuro", agregó.
El enorme techo de la Sala Nervi del Vaticano, donde los papas celebran audiencias generales y se realizan conciertos, ha sido cubierto con 2.400 paneles fotovoltaicos que aportarán energía para la iluminación, la calefacción y el aire acondicionado.
Después de semanas de pruebas, el sistema entró en funcionamiento horas antes de que el Papa Benedicto XVI celebrara lo que las autoridades calificaron de "la primera audiencia general ecológica del Vaticano".
El nuevo sistema sobre el techo de 5.000 metros cuadrados cumplirá durante todo el año con las necesidades energéticas de la sala de audiencias y varios edificios cercanos, produciendo 300 kilovatios-hora de energía limpia al año.
El sistema, que costó 1,2 millones de euros (1,6 millones de dólares) y fue ideado y donado por las compañías alemanas SolarWorld y SMA Solar Technology, permitirá a la ciudad-estado recortar sus emisiones de dióxido de carbono en unas 225 toneladas y ahorrar el equivalente a 80 toneladas de petróleo anuales.
"Es una iniciativa muy valiente", dijo Carlo Rubbia, un italiano que ganó el premio Nobel de Física en 1984 y que acudió a la ceremonia de presentación.
"El Sol tiene 100.000 veces la energía producida por las fuentes tradicionales de energía de la Tierra. Por eso necesitamos tanto la ciencia, la inversión en la investigación para el futuro", agregó.
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